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La motivación inicial a la hora de enfrentarme a esta investigación siempre fue la búsqueda de estrategias para la construcción de la ciudad del futuro desde la intervención en el presente. La intención nunca fue poner en crisis el modelo urbano actual, dado que la ciudad no debe ser planificada sobre los tableros de dibujo, y lo demuestran muchos intentos que han tenido como consecuencia ciudades que son más parecidas a escenarios teatrales con comportamientos artificiales que a espacios urbanos creados para la vida cotidiana. Sin embargo, si que se ha intentado poner en crisis el concepto de sostenibilidad, en lo que afecta a la relación de la arquitectura y la ciudad contemporáneas. Cuando se habla de arquitectura o ciudad sostenibles pocos son los casos donde la relación entre ellas se torna fundamental en el proceso generativo. En ambos casos, el concepto general viene, casi totalmente, determinado por la innovación tecnológica. Así, se plantean ciudades sostenibles, donde todo está controlado por las nuevas tecnologías: consiguiendo que toda la energía usada en el funcionamiento de la ciudad sea renovable, estableciendo unas reducciones extraordinarias de emisiones de CO2 o donde todos los productos utilizados son reciclables para el futuro. Con la arquitectura sostenible ocurre lo mismo, la tecnología permite construir edificios cien por cien ecológicos, con materiales reciclables y nada contaminantes. Sin embargo, casi siempre, la construcción de estas ciudades es abordada desde la tabla rasa, pareciendo entender que la ciudad actual no tiene solución y que seguirá contaminando a pesar de que su arquitectura se inyecte de tecnología ecológica. Este hecho probablemente sea cierto, sin embargo, quizás ahí es donde radica el cambio de paradigma de la ciudad sostenible. Todo este proceso quizás sí pueda ser planificado y parametrizado, sin embargo, la apuesta por la ciudad sostenible desde la tecnología ha obviado los agentes externos, que son los que verdaderamente van tejiendo poco a poco la red de relaciones sociales, culturales, políticas y económicas, y que configuran a tiempo real la construcción de la ciudad contemporánea. Por tanto, desde el comienzo, hemos entendido que para construir la ciudad del futuro hay que mirar el presente, actuando sobre esos agentes externos porque sus interacciones configurarán los nuevos espacios urbanos...
Parece interesante,espero poderlo leer en papel...
ResponderEliminarUn saludo.